domingo, 27 de diciembre de 2015

Quien quisiere ser culto en sólo un día, la jeri aprenderá gonza siguiente:

La culta latiniparla, o don Latino de Híspalis; digo… de Overa.
(o el modo más rápido de pasar del refinamiento a la pedantería)

Del hablar culterano al corrompido
poco esfuerzo precisa don Latino
emplear con los legos, pues su labia
es tan suelta, tan vasta, larga y fina,
que poca gente habrá en el mundo, sabia,
con más bagaje en recetas de cocina
o maneras de hacer bien la chacina
como producto excelso del cochino.
No diré que me da pena su sino,
ni que me alegra oír su desatino,
pero es gracioso verle tan cercano
del lindero del punto “ridiculo”,
y es necesario grande disimulo
para no carcajearse cual villano
de una facundia culta tan supina,
reiterativa hasta lo “estomagano”.
Prefiero un vulgar jamón serrano
degustado en amable compañía
con un vino en bodega bien criado,
a la más erudita de las citas
si no suma más que melancolía
a la ausencia de luz y de alegría,
y te da menos de lo que te quita.

                                                 © Salvador Navarro Fernández.


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