lunes, 19 de marzo de 2018

UN CAPULLO CATALÁN






Un capullo catalán,
futura rosa marchita
sigue haciendo de patán
del huerto independentista.
Más que flor primaveral,
florido funambulista,
creyéndose Supermán
o añejo nacionalista,
se ha inscrito en un festival
de cine, por- no, en Suiza
por no pedir el fiscal,
 que presto anulen su Visa,
que orden se dicte, eficaz
de detención, o pesquisa
en esta Europa incapaz
que a veces mata de risa
 en nombre de errónea  paz
o se suicida deprisa
por eso del qué dirán
Allí se va a entrevistar
con la cupera huidiza
ruda  anticapitalista
en cuna del capital;
y allí pegarán la hebra
con peinado de estilista,
 hasta el moño, de Ginebra.
Y ambos van a pergeñar
una fórmula intermedia
entre república y clan…
un clan mafioso de Ilerda.
Y a un acuerdo llegarán
aun siendo Esquerra y dereta
que por el valle de Arán,
 por la pirenaica puerta,
el centro del vendaval
penetre como revuelta.
Dios nos pille con misal,
confesados y confesas,
antes de que cunda el mal
de payeses y payesas
de la Assemblea Nacional
y del Omnium Cultureta.
Que no nos toquen el FLA
más que aquello que convenga;
y la Generalitat,
que arrime el hombro y se abstenga
de gastar, gastar, gastar,
sin ton ni son y sin regla.
Y que el gobierno central
dé más de cal que de arena
a la hora de apretar
a los tornillos la tuerca,                                               
sin miedo, hasta sujetar
a  esta polonia ibérica,
que no deja respirar
en este juego de mesa
que habremos de terminar

cantándole las cuarenta.