¿Quién
autorizó a este hombre
a negociar
en mi nombre,
descuartizar
al Estado,
entregar de
pies y manos
atados los
ciudadanos
a felones catalanes
y sus
continuos desmanes
sin importarle a quién daña,
a quién
miente, a quién engaña?
¿Su objetivo
es más sublime?
¿Su mangoneo
persigue
una meta
superior?
¿Llegar a
ser el peor
de todos los
presidentes
en la
Moncloa residentes?
Traidor,
inconfeso y mártir
serás, al
fin, declarado,
cuando
vendas el Estado
a los buitres,
que en el mástil
de la “estelada” te cuelguen,
y en ti, de
todos se “venguen”
los que
trazan ruta fácil
para romper la simpar,
una vez
reino imperial,
Nación de
esta España frágil.
¿Quo vadis “dialogantes”?
¿Vais a
respaldar la afrenta
de poner
España en venta?
¡Que no
amanecerá antes
por el mucho
dialogar…!
¡Felices los
que al Hogar
Común y
patrio defienden
y nunca se
desentienden
del interés
general
que obliga a
todos igual,
desde
Almería a Finisterre
y de Creus a
Portugal.
Salvador Navarro Fernández
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