viernes, 8 de febrero de 2019

NI DANTON NI MARAT. QUIZÁ SÓLO ROBESPIERRE (o Robespedro)



¿Quién autorizó a este hombre
a negociar en mi nombre,
descuartizar al Estado,
entregar de pies y manos
atados los ciudadanos
 a felones catalanes
y sus continuos desmanes
 sin importarle a quién daña,
a quién miente, a quién engaña?
¿Su objetivo es más sublime?
¿Su mangoneo persigue
una meta superior?
¿Llegar a ser el peor
de todos los presidentes
en la Moncloa residentes?
Traidor, inconfeso y mártir
serás, al fin, declarado,
cuando vendas el Estado
a los buitres, que en el mástil
 de la “estelada” te cuelguen,
y en ti, de todos se “venguen”
los que trazan ruta fácil
 para romper la simpar,
una vez reino imperial,
Nación de esta España frágil.
¿Quo vadis “dialogantes”?
¿Vais a respaldar la afrenta
de poner España en venta?
¡Que no amanecerá antes
por el mucho dialogar…!
¡Felices los que al Hogar
Común y patrio defienden
y nunca se desentienden
del interés general
que obliga a todos igual,
desde Almería a Finisterre
y de Creus a Portugal.


                            Salvador Navarro Fernández


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