UN FUTURO EN EL INFIERNO
El 10 de
septiembre de 2013, ocho mujeres subsaharianas –siete con menores de muy corta
edad a su cargo y otra embarazada– llegaron en patera y posteriormente fueron
acogidas en Puente Genil, siendo atendidas durante 10 días en el Centro de
Migraciones de Cruz Roja. Allí se pudo comprobar, recoge la sentencia, que “dos
de las chicas hacían de ‘madam’ o controladoras de las otras, teniendo
teléfonos móviles y detectándose un cierto grado de sumisión por parte de las
demás”. A las siete que venían con bebés a su cargo se les hizo la prueba del
ADN. Los resultados no llegaron hasta el 30 de enero de 2014, comprobándose que
en ninguno de los casos ellas eran realmente las madres… Pero ya era tarde,
porque, desde el 20 de septiembre anterior, todas ellas ya habían abandonado
repentinamente el centro, dejando allí ropa y objetos personales.
NIÑOS ANCLA.
En Puente
Genil hay niños
que el negro
mar atraviesan
por el
Estrecho, ateridos;
e
inocentemente esperan
de humanos
ser socorridos
cuando a la
tierra llegan.
Mientras sus
cuerpos se secan,
corazones
conmovidos,
que se apiaden
de ellos ruegan;
sin padre
nos han nacido
y madre
quizá no tengan,
ni hermanos
reconocidos.
Les acompañan
negreras
y hombres
desconocidos;
ellas son
sus carceleras;
ellos,
lustrosos felinos.
Como anclas
son tenidos
a que
aferrarse, guerreras,
-no se devuelve
a los niños
al país del
nunca vuelvas-.
Unos días
transcurridos
los análisis
esperan
de ADN
distintivos
que aseguren
con certeza
si son hijos
adoptivos
o son de
naturaleza,
-o tal vez
niños cautivos-
hijos de
quienes los llevan.
Se extravían
los archivos,
los papeles se
entremezclan;
tales "madres" de estos hijos
se esfuman
bajo sospecha
de cometer
un delito
de rapto,
robo y violencia
sobre estos
desvalidos,
que a nadie
nos interesan.
Ahora de
ellos ¿qué habrá sido?
¿asistirán a
la escuela?
¿habrán de
paseo salido
con su
flamante doncella?
¿Estarán en
un hospicio,
en orfanato…,
o de fiesta?
¿Serán tal
vez conejillos
de una
inhumana prueba,
a trasplante
sometidos
en
clandestina trastienda,
explotados o
vendidos
como se
vende una prenda?
¡Que
aparezcan los benditos
a salvo, que
Dios lo quiera!
Salvador Navarro Fernández.
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